Había una vez en un país muy cercano una princesa, una bruja y un príncipe de algún color... Pero hubimos otra vez, algunas mujeres.

Este blog fue creado para compartir algunas de nuestras experiencias en relación con lo que nos rodea.
Un blog de mujeres, para quien nos quiera leer y por supuesto comentar.

Por el momento estamos en construcción, pero si quieren dejarnos cualquier sugerencia, será bienvenida.

sábado, 19 de enero de 2008

El amor es solo un juego

Recuerdo vagamente una leyenda que cuenta que antes las almas estaban unidas en parejas, pero un día hicieron algo realmente tonto y se les castigó separándolas y dispersándolas por el mundo. Desde entonces todas vagan tratando de encontrar su otra mitad, la que los hará sentir plenos y felices.

En cuestiones del amor ocurren cosas tan incomprensibles e irreales, irritantes incluso, que yo siempre he creido que en algún lugar se lleva a cabo un gran juego de memorama con nosotros. Alguien voltea una carta y trata de recordar dónde vió una similar. Entorna los ojos, alarga la mano y así, casi con miedo, voltea otra. Lástima. Sin importar qué tantas ilusiones se haya hecho la carta que tenía en la mano, la que está sobre la mesa no era para ella. A volver boca abajo, hasta mejor ocasión.

La mesa de este juego debe ser extensísima, con una pléyade de jugadores a su alrededor. Los imagino de todo tipo, los nerviosos, los metódicos, los experimentados, los novatos, los entusiastas, los desidiosos, los que echan su turno a la suerte, los que observan cualquier movimiento, los que se lo toman en serio, los que hacen cualquier tontería. Todos esperan su turno para hacer un nuevo intento.

Imagino que las cartas deben tener un reverso azul brillante y en su interior apenas un carácter bello y simple, como un ideograma chino. Sin embargo hay algo que complica el juego y lo hace más difícil: las cartas cambian. La gente, nosotros, no siempre somos los mismos. Cuando nos sentimos lastimados, furiosos o simplemente tristes por demasiado tiempo nos enterramos a nosotros mismos más y más hondo. Nuestra pareja sigue siendo la misma, pero a los ojos del jugador que sostiene nuestra carta tenemos algún trazo diferente que lo confunde y nos aleja de nuestro par. Así perdemos oportunidades un turno tras otro sin saber porqué.

También hay otras cosas que pueden salir mal. Supongo que alguna vez derramaron jugo sobre la mesa y muchas cartas quedaron pegajosas a partir de entonces. Por eso hay personas que se enamoran de cualquiera que les quede cerca. Hay otras cartas que se encuentran tan al centro de la mesa que a casi todos les da pereza levantarse y voltearla, así que nunca nadie ha siquiera volteado a ver a esa persona. Puede ocurrir que alguien se ponga a jugar sin que nadie la vea y junte cartas que no van. Así vemos parejas que no tienen razón de estar juntas. También creo que a veces han dejado abierta la ventana y el aire ha movido otras que ya estaban por ser unidas.

Sin embargo, cuando una pareja por fin se encuentra, cuando sus cartas al fin se unen, todos sonríen mientras ven volar una mariposa.

5 comentarios:

* Arely * dijo...

Wow! Me encantó lo que publicaste, sin duda alguna muchas veces me he preguntado por esa mano que mueve todas las cartas, yo creo que en mi caso alguien dejó abierta la ventana

Gracielita. dijo...

Yo soy una carta debajo de la manga, lamentablemente el dueño la olvidó ahí.

Tus palabras son siempre las precisas, te adoro y quiero por montones.

Grimalkin dijo...

Gracias, Arely. Esperemos que alguien corra pronto las cortinas y meta un poco de orden.

No creo que te haya olvidado, Gracielita. Creo que está esperando el mejor momento para sacarte de ahí.

Besos a ambas. Espero leerlas pronto.

Memmis dijo...

lo más feo es cuando uno encuentra a la persona con quien se ve feliz al admirar una mariposa... y que esa persona esté perdiendo el tiempo con una cata equivocada :|

|) /\ ® |{ ¥ dijo...

Vive dios que creo ser una de esas cartas del centro de la mesa, con tanto polvo encima que esta oculta...

y conocer varias que pegaron por conveniencia y mugre en lugar de jugo